¿PERSONAS POR ENCIMA DE JUGADORES? Ó ¿JUGADORES POR ENCIMA DE PERSONAS?
Muchas veces, miramos como un niño se fija en un futbolista determinado, como se le ilumina la cara cuando lo tiene cerca, como quiere parecerse a él con sus actos y al final, siempre acabamos pensando lo mismo: Los jugadores son personas con un talento deportivo que es el que genera admiración y les ha llevado a jugar en la élite pero son personas de “carne y hueso”, con rasgos característicos, con valores, con pensamientos propios, con sus problemas familiares….
¿Qué hay detrás de esa fachada que nos enseñan los medios de comunicación? ¿Somos capaces de diferenciar cuando un jugador es admirado por su talento o por su personalidad? ¿La sociedad primamos que los jugadores sean a parte buenas personas? ¿Qué lleva a un grupo a cantar en un campo: Iniesta muérete? ¿El fútbol es solo fútbol para la sociedad?, o ¿es un medio disuador de nuestras frustraciones?
El fútbol, transmite tantas cosas, que muchas veces nos damos cuenta tarde que nos estamos formando para la vida diaria, y esa es la grandeza de este deporte, como dice Horst Wein:
“…antes que formar buenos futbolistas, hemos de formar buenas personas”.
Muchas veces, apoyado en la valla de un campo y viendo algún partido de niños, me viene muchos recuerdos de mis inicios en este deporte y tantas anécdotas que sin darme cuenta me han ido ayudándome a formarme como persona…..